Recién había cumplido 18 años, pero desde los 14 me hice adicto al voyerismo, me encantaba y aun me fascina, espiar a quien se pudiera en situaciones sexuales, desde simples chicas que caminan por la calle en ajustados pantalones o reducidas minifaldas y mas aun si se les marcan las pantaletas que usan, hasta actos sexuales integrales, sí, cogiendo, pasando por lo simple como una pareja besándose o manoseándose o simplemente ver la silueta de alguna vecina, a través de los vidrios opacos de los baños, que se este bañando.
Todos los días al caer la noche, subía a la azotea para buscar por las ventanas de los departamentos vecinos "a ver que podía observar". Había noches en que podía ver "cositas interesantes" en varias ventanas y otras noches, nada. Esa noche había sido totalmente infructuosa, no había habido "acción", decepcionado me disponía a retirarme a mi departamento ubicado en el último piso del edificio en el que vivo con mi familia.
Empecé a bajar sigilosamente la escalera, evitando el elevador, para que en casa no se dieran cuenta de mis constantes visitas a la azotea, cuando me percaté de que mi hermana Belinda estaba, en compañía de su novio, en la puerta de las escaleras que da acceso al piso. En ese lugar es casi imposible que alguien les pudiera observar ya que los vecinos usan el elevador y por tratarse del último piso nadie sube por la escalera.
Belinda es tres años mayor que yo, como toda chica de su edad gusta de vestir a la moda en ajustados y breves vestuarios, pero merece mención la sensual lencería que acostumbra usar, digna de una diosa erótica, mi hermana no es precisamente una chica hermosa o "buenisima" pero tiene un rostro agradable y un cuerpo bastante aceptable que realza con sus vestimenta exteriores y sería capaz de excitar a un muerto con sus vestuarios íntimos.
Fiel a mi excitante costumbre voyer, mi hermana era mi principal objetivo desde hacia ya mas de tres años, le había visto desnuda múltiples veces cuando se bañaba, no perdía detalle de ver sus piernas y pantaletas cuando me sentaba frente a ella y como casi todos los adolescentes, al interior de su casa con sus familiares del sexo opuesto, tenia recurrentes fantasías sexuales con ella mientras me masturbaba con su ropa interior sucia, se había convertido en mi reina erótica y le había dedicado miles de placenteras masturbaciones.
En principio la presencia de mi hermana y su novio me disgusto, pero todo cambio cuando empezaron a besarse apasionadamente. Yo agazapado en los escalones de la parte alta de la escalera les miraba embelesado por entre los barrotes del barandal, sin dejar de besarse en la boca, las manos de su novio recorrían lentamente el cuerpo de Belinda por encima de su vestimenta, mi respiración se agitaba a cada momento y mi verga estaba a todo lo que daba de tiesa, me excitaba sobre manera ver como se estaban cachondeando a mi propia hermana.
Sin detener el besuqueo, el tipo con una mano masajeaba las nalgas de ella y con la otra le acariciaba sus chiches, Belinda se dejaba complacida y pasaba la palma de su mano por encima del bulto que hacia la verga de su galán. Por mi parte también me acariciaba mi endurecido falo ante la erótica exhibición que me proporcionaban mi hermana y su novio.
Las cosas empezaban a pasar a mayores, con sorprendente destreza el sujeto desabotonó con una sola mano la blusa de mi hermana, introdujo su mano por debajo de la blusa acariciando sus senos sobre el brassiere, Belinda se dejaba dócil y su mano arreciaba el masajeo del bulto que formaba la erección de su galán.
La mano que le quedaba libre al tipo no estaba quieta y ya acariciaba las nalgas de mi hermana por debajo de la reducida minifalda que por lo ajustado de ésta se le subía casi a la cintura dejándome ver sus hermosas nalgas que devoraban las diminutas pantaletas tipo tanga en color rojo que portaba. Belinda también demostraba su destreza con las manos y bajó el cierre de la bragueta del pantalón de su novio sacándole la vergota bien parada, y como no, estando manoseando tan exquisito cuerpo como el de mi hermana. Belinda le chaqueteaba con manifiesta experiencia. Así transcurrieron algunos minutos de cachondeo.
Yo también ya tenía la verga fuera del pantalón y me la friccionaba extasiado con tan excitante espectáculo que me brindaba la caliente pareja de enamorados y aguantaba la eyaculación en espera de que la situación se tornara más caliente.
No tuve que esperar mucho, el individuo hizo girar a Belinda repegandole la verga en sus adorables nalgas, mi hermana sacaba la cadera restregando su trasero en el camote de su novio, éste le desabrochó el sostén por el frente dejando expuestas a mi morbosa mirada sus lindas chiches que manoseaba con ansiedad, en tanto con la otra mano le acariciaba la vulva sobre las pantaletitas. Mi hermana estaba casi de frente a mí, por lo que podía verle a plenitud las chiches y una porción del vello púbico que se desbordaba por los costados de las minúsculas pantaletas.
Me moría de envidia y excitación ver como las manos del sujeto recorrían los encantos de mi hermana, con una mano las chiches y con la otra pasaba por los muslos de ella y volvía a subir a la vulva metiendo la mano por debajo de los reducidos calzoncitos de Belinda y seguramente frotándole el clítoris y dedeandole la hendidura sexual, mi hermana solo repegaba las nalgas en la verga de él y ponía cara de placer al sentir las lascivas caricias de su galán.
Por fin le bajó las pantaletitas a mitad de las piernas permitiéndome ver la peluda panocha de mi hermana y colocó su verga entre las piernas de ella que la aprisionaba con los muslos frotándose la raja con el tronco del falo del afortunado sujeto que gozaba la singular masturbación que Belinda le daba y mojaba un dedo con saliva para frotarle la cabeza de la verga que salía de entre sus sabrosas piernotas.
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Algo se murmuraban mutuamente sin que yo pudiera escuchar lo que se decían, pero seguramente se manifestaba lo placentero que eran las lascivas caricias que se prodigaban. Yo hacia esfuerzos por contener la eyaculación que a cada momento amenazaba con expulsar mi esperma, estaba tan cachondo como pocas veces lo había estado.
La cachonda exhibición iba en ascenso, mi hermana dio media vuelta y empinándose llevó el miembro viril de su novio a sus labios besándole la cabeza de la erecta verga, le daba chupetes y terminó por meterla en su boca para mamársela. Belinda me mostraba involuntariamente su espectacular trasero, sus ricas nalgas se separaban por la pose que mantenía y podía verle su exquisito culito color de rosa rodeado de vellitos negros y un centímetro mas abajo su babeante hendidura sexual que sobresalía de la negra mancha de vellos.
Mientras mi hermana le mamaba la verga, el sujeto estiró su mano apoderándose de las nalgas de Belinda y con claridad podía ver como le dedeaba de manera alternada su raja sexual y su hermoso y apretado culito, mi hermana chupaba con desmedida pasión la verga del sujeto mientras con una de sus manos le acariciaba los güevos y con la otra se frotaba las chiches que de manera provocativa colgaban de su pecho.
La candente exhibición llegó a su punto máximo de ebullición, el sujeto dio media vuelta a mi hermana quien permaneció empinada separándose las nalgas con ambas manos, el tipo se agarró la verga encaminándola entre las hermosas nalgas de Belinda, me era imposible ver si la estaba penetrando por la raja sexual o bien por su hermoso culito, solo veía como realizaba el vaivén de su cadera cogiéndose a mi hermana quien se seguía friccionando las tetas al compás del movimiento de cadera que acompañaba cada embate de la verga de su novio y susurraba algo inaudible para mí.
El tipo se aferraba a las tetas de mi hermana mientras continuaba el mete y saca de su verga en el cuerpo de Belinda, ella solo ponía cara de infinito placer y movía la boca seguramente diciéndole a su novio lo rico que estaba sintiendo la tremenda cogida que le estaba dando. Así duraron varios minutos para mi placer y al mismo tiempo sufrimiento tratando de aguantar la eyaculación, ya que el ver como se estaban cogiendo a mi hermana me excitaba como nunca y al mismo tiempo me moría de la envidia deseando ser yo quien se estuviera cogiendo a Belinda.
El galán volvió a girar a mi hermana haciendo que ella se apoyara en la pared continuando empinada y con las piernas separadas tanto como se lo permitían las pantaletas que tenia a medio muslo, intempestivamente el tipo sacó la verga del cuerpo de mi hermana y empezó a eyacular en sus estupendas nalgas, ella ágilmente giró poniéndose en cuclillas e introdujo la verga de su novio en la boca para chupársela y atrapar en su boca los últimos chorros del esperma que expelía su endurecido camote.
Belinda seguía chupando y pasando la lengua por todo el camote de su galán aun cuando ya no le salía esperma. Por fin el tipo de retiró unos pasos y mi hermana se puso en pie subiéndose las pantaletitas sin importar que tuviera sus encantadoras nalgas escurriendo de esperma y se acomodo la faldita. El sujeto se guardó la verga y arregló su ropa.
Lamenté que el espectáculo erótico que mi hermana y su novio me habían brindado se hubiera terminado, pero por fin pude eyacular en impresionante venida como pocas veces me había sucedido.
Ellos entraron al piso rumbo al departamento y yo bajé por la escalera dos pisos con un tremendo temblor de piernas por la gran excitación a que fui sometido, para luego subir por el elevador para aparentar que venia de la calle.
Cuando llegué, mi hermana y su novio se despedían, saludé y me metí al departamento, momentos después entró Belinda como si nada hubiera pasado, saludó a mi madre de beso, con esa misma boca que momentos antes le había chupado la verga a su novio y seguramente aun sabiéndole al semen de aquel afortunado individuo.
Belinda se sentó junto a mi madre e iniciaron una platica a la que yo no ponía atención en mi mente estaban aun las imágenes de mi hermana siendo cogida por el novio, la verga se me volvía a poner dura, le miraba los labios y recordaba la mamada que le dio apenas unos minutos antes y mi vista no podía apartarse de las piernas de ella e imaginaba que las pantaletas que traía puestas aun estarían mojadas de sus propio jugos y de la leche que su novio derramó en sus hermosas nalgas.
Imaginaba lo que mi cachonda hermana haría con su novio, si era capaz de dejarse coger en las escaleras del edificio teniendo apenas dos semanas de novia del sujeto, lo que no harían cuando iban a algún hotel o en el auto. Y lo que sexualmente no habría hecho con su anterior novio con quien duro casi un año.
A partir de ese día Belinda se convirtió en la dueña de mis fantasías eróticas, todas las masturbaciones que me hacia eran dedicadas a ella, tenia un control absoluto de la ropa interior que usaba y me chaqueteaba con ella recién se la quitaba y aun viéndola vestida en mi mente siempre estaba encueradita y dispuesta a brindarme sus favores sexuales.
Desde entonces estuve convencido que nunca podría disfrutar el candente cuerpo de mi hermana, pero nada impedía que a diario en mi fantasías me la cogiera en todas las poses y situaciones imaginables. Aun después de tres años continúo con esa deliciosa costumbre que se me ha hecho un excitante vicio.
Todos los días al caer la noche, subía a la azotea para buscar por las ventanas de los departamentos vecinos "a ver que podía observar". Había noches en que podía ver "cositas interesantes" en varias ventanas y otras noches, nada. Esa noche había sido totalmente infructuosa, no había habido "acción", decepcionado me disponía a retirarme a mi departamento ubicado en el último piso del edificio en el que vivo con mi familia.
Empecé a bajar sigilosamente la escalera, evitando el elevador, para que en casa no se dieran cuenta de mis constantes visitas a la azotea, cuando me percaté de que mi hermana Belinda estaba, en compañía de su novio, en la puerta de las escaleras que da acceso al piso. En ese lugar es casi imposible que alguien les pudiera observar ya que los vecinos usan el elevador y por tratarse del último piso nadie sube por la escalera.
Belinda es tres años mayor que yo, como toda chica de su edad gusta de vestir a la moda en ajustados y breves vestuarios, pero merece mención la sensual lencería que acostumbra usar, digna de una diosa erótica, mi hermana no es precisamente una chica hermosa o "buenisima" pero tiene un rostro agradable y un cuerpo bastante aceptable que realza con sus vestimenta exteriores y sería capaz de excitar a un muerto con sus vestuarios íntimos.
Fiel a mi excitante costumbre voyer, mi hermana era mi principal objetivo desde hacia ya mas de tres años, le había visto desnuda múltiples veces cuando se bañaba, no perdía detalle de ver sus piernas y pantaletas cuando me sentaba frente a ella y como casi todos los adolescentes, al interior de su casa con sus familiares del sexo opuesto, tenia recurrentes fantasías sexuales con ella mientras me masturbaba con su ropa interior sucia, se había convertido en mi reina erótica y le había dedicado miles de placenteras masturbaciones.
En principio la presencia de mi hermana y su novio me disgusto, pero todo cambio cuando empezaron a besarse apasionadamente. Yo agazapado en los escalones de la parte alta de la escalera les miraba embelesado por entre los barrotes del barandal, sin dejar de besarse en la boca, las manos de su novio recorrían lentamente el cuerpo de Belinda por encima de su vestimenta, mi respiración se agitaba a cada momento y mi verga estaba a todo lo que daba de tiesa, me excitaba sobre manera ver como se estaban cachondeando a mi propia hermana.
Sin detener el besuqueo, el tipo con una mano masajeaba las nalgas de ella y con la otra le acariciaba sus chiches, Belinda se dejaba complacida y pasaba la palma de su mano por encima del bulto que hacia la verga de su galán. Por mi parte también me acariciaba mi endurecido falo ante la erótica exhibición que me proporcionaban mi hermana y su novio.
Las cosas empezaban a pasar a mayores, con sorprendente destreza el sujeto desabotonó con una sola mano la blusa de mi hermana, introdujo su mano por debajo de la blusa acariciando sus senos sobre el brassiere, Belinda se dejaba dócil y su mano arreciaba el masajeo del bulto que formaba la erección de su galán.
La mano que le quedaba libre al tipo no estaba quieta y ya acariciaba las nalgas de mi hermana por debajo de la reducida minifalda que por lo ajustado de ésta se le subía casi a la cintura dejándome ver sus hermosas nalgas que devoraban las diminutas pantaletas tipo tanga en color rojo que portaba. Belinda también demostraba su destreza con las manos y bajó el cierre de la bragueta del pantalón de su novio sacándole la vergota bien parada, y como no, estando manoseando tan exquisito cuerpo como el de mi hermana. Belinda le chaqueteaba con manifiesta experiencia. Así transcurrieron algunos minutos de cachondeo.
Yo también ya tenía la verga fuera del pantalón y me la friccionaba extasiado con tan excitante espectáculo que me brindaba la caliente pareja de enamorados y aguantaba la eyaculación en espera de que la situación se tornara más caliente.
No tuve que esperar mucho, el individuo hizo girar a Belinda repegandole la verga en sus adorables nalgas, mi hermana sacaba la cadera restregando su trasero en el camote de su novio, éste le desabrochó el sostén por el frente dejando expuestas a mi morbosa mirada sus lindas chiches que manoseaba con ansiedad, en tanto con la otra mano le acariciaba la vulva sobre las pantaletitas. Mi hermana estaba casi de frente a mí, por lo que podía verle a plenitud las chiches y una porción del vello púbico que se desbordaba por los costados de las minúsculas pantaletas.
Me moría de envidia y excitación ver como las manos del sujeto recorrían los encantos de mi hermana, con una mano las chiches y con la otra pasaba por los muslos de ella y volvía a subir a la vulva metiendo la mano por debajo de los reducidos calzoncitos de Belinda y seguramente frotándole el clítoris y dedeandole la hendidura sexual, mi hermana solo repegaba las nalgas en la verga de él y ponía cara de placer al sentir las lascivas caricias de su galán.
Por fin le bajó las pantaletitas a mitad de las piernas permitiéndome ver la peluda panocha de mi hermana y colocó su verga entre las piernas de ella que la aprisionaba con los muslos frotándose la raja con el tronco del falo del afortunado sujeto que gozaba la singular masturbación que Belinda le daba y mojaba un dedo con saliva para frotarle la cabeza de la verga que salía de entre sus sabrosas piernotas.
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La cachonda exhibición iba en ascenso, mi hermana dio media vuelta y empinándose llevó el miembro viril de su novio a sus labios besándole la cabeza de la erecta verga, le daba chupetes y terminó por meterla en su boca para mamársela. Belinda me mostraba involuntariamente su espectacular trasero, sus ricas nalgas se separaban por la pose que mantenía y podía verle su exquisito culito color de rosa rodeado de vellitos negros y un centímetro mas abajo su babeante hendidura sexual que sobresalía de la negra mancha de vellos.
Mientras mi hermana le mamaba la verga, el sujeto estiró su mano apoderándose de las nalgas de Belinda y con claridad podía ver como le dedeaba de manera alternada su raja sexual y su hermoso y apretado culito, mi hermana chupaba con desmedida pasión la verga del sujeto mientras con una de sus manos le acariciaba los güevos y con la otra se frotaba las chiches que de manera provocativa colgaban de su pecho.
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Belinda seguía chupando y pasando la lengua por todo el camote de su galán aun cuando ya no le salía esperma. Por fin el tipo de retiró unos pasos y mi hermana se puso en pie subiéndose las pantaletitas sin importar que tuviera sus encantadoras nalgas escurriendo de esperma y se acomodo la faldita. El sujeto se guardó la verga y arregló su ropa.
Lamenté que el espectáculo erótico que mi hermana y su novio me habían brindado se hubiera terminado, pero por fin pude eyacular en impresionante venida como pocas veces me había sucedido.
Ellos entraron al piso rumbo al departamento y yo bajé por la escalera dos pisos con un tremendo temblor de piernas por la gran excitación a que fui sometido, para luego subir por el elevador para aparentar que venia de la calle.
Cuando llegué, mi hermana y su novio se despedían, saludé y me metí al departamento, momentos después entró Belinda como si nada hubiera pasado, saludó a mi madre de beso, con esa misma boca que momentos antes le había chupado la verga a su novio y seguramente aun sabiéndole al semen de aquel afortunado individuo.
Belinda se sentó junto a mi madre e iniciaron una platica a la que yo no ponía atención en mi mente estaban aun las imágenes de mi hermana siendo cogida por el novio, la verga se me volvía a poner dura, le miraba los labios y recordaba la mamada que le dio apenas unos minutos antes y mi vista no podía apartarse de las piernas de ella e imaginaba que las pantaletas que traía puestas aun estarían mojadas de sus propio jugos y de la leche que su novio derramó en sus hermosas nalgas.
Imaginaba lo que mi cachonda hermana haría con su novio, si era capaz de dejarse coger en las escaleras del edificio teniendo apenas dos semanas de novia del sujeto, lo que no harían cuando iban a algún hotel o en el auto. Y lo que sexualmente no habría hecho con su anterior novio con quien duro casi un año.
A partir de ese día Belinda se convirtió en la dueña de mis fantasías eróticas, todas las masturbaciones que me hacia eran dedicadas a ella, tenia un control absoluto de la ropa interior que usaba y me chaqueteaba con ella recién se la quitaba y aun viéndola vestida en mi mente siempre estaba encueradita y dispuesta a brindarme sus favores sexuales.
Desde entonces estuve convencido que nunca podría disfrutar el candente cuerpo de mi hermana, pero nada impedía que a diario en mi fantasías me la cogiera en todas las poses y situaciones imaginables. Aun después de tres años continúo con esa deliciosa costumbre que se me ha hecho un excitante vicio.